Cómo Nuestro Entorno Influye en Nuestra Alimentación y Hábitos
Cuando hablamos de nuestra relación con la comida, no solo se trata de las señales de hambre y saciedad. En realidad, esta relación es mucho más compleja y está profundamente influenciada por nuestro entorno. Desde la iluminación del lugar donde comemos hasta las distracciones que nos rodean, todo puede amplificar nuestras buenas decisiones o transformarlas en malas.
Entender cómo nuestro entorno afecta la alimentación es clave para aplicar estrategias que nos acerquen a nuestros objetivos de salud y bienestar. A continuación, repasamos la evidencia que tenemos sobre cómo el entorno puede influir en nuestra alimentación.

Factores del Entorno que Afectan la Alimentación
Iluminación: Comer en un ambiente poco iluminado puede desinhibirnos y dificultar el control de las porciones, lo que podría llevarnos a consumir más de lo necesario.
Distracciones (TV, dispositivos electrónicos): Perder la atención en lo que comemos, ya sea viendo televisión o usando el móvil, nos impulsa a comer más de lo que deberíamos.
Compañía: Comer acompañado puede tener efectos mixtos. Una conversación entretenida puede hacer que comamos más lentamente, permitiendo que nos sintamos saciados antes. Sin embargo, también puede distraernos y hacer que perdamos el control sobre la cantidad que consumimos.
Otros Factores Importantes del Ambiente Alimentario
Aunque algunos de estos factores puedan parecer menos relevantes, es importante tenerlos en cuenta, ya que para algunas personas pueden marcar una gran diferencia en la mejora de sus hábitos alimentarios.
- Ruidos o música ambiente: Comer en un ambiente tranquilo y sin ruido nos ayuda a concentrarnos mejor en lo que estamos comiendo, lo que favorece el control de las porciones.
- Variedad de platos: Cuanta más variedad haya en la comida, mayor será la cantidad que consumimos. Un ejemplo extremo sería un buffet libre, donde la abundancia nos invita a probar de todo. En contraste, preparar un único plato equilibrado reduce este riesgo.
- Comer de pie o en movimiento: Este tipo de distracción también afecta nuestro control sobre las porciones. Lo ideal es comer sentado a la mesa, en un ambiente tranquilo.
Son muchas las variables del entorno que influyen en nuestra alimentación, pero también podemos controlarlas. Optar por lugares adecuados, bien iluminados y con pocas distracciones puede ser un buen primer paso para mejorar nuestra relación con la comida. Priorizar comer sentados, sin discusiones y acompañados de personas que apoyen nuestros objetivos también puede marcar una diferencia.
El Ambiente Obesogénico: Un Enemigo Silencioso
El término «ambiente obesogénico» hace referencia a un entorno que favorece hábitos que conducen al sobrepeso y la obesidad. En la sociedad actual, nos enfrentamos a muchos estímulos que promueven el sedentarismo y una alimentación de baja calidad. Existen dos factores clave que contribuyen a este tipo de ambiente:
- Entornos que estimulan la inactividad física: Nuestra vida cotidiana está rodeada de tecnología y comodidades que reducen la necesidad de esfuerzo físico, lo que puede fomentar el sedentarismo.
- Facilidad para acceder a alimentos de baja calidad: La disponibilidad y conveniencia de alimentos ultraprocesados hace que comer mal sea demasiado fácil.
Si bien hay muchos factores de este tipo de entorno que no podemos controlar, sí podemos tomar medidas concretas para mejorar nuestro ambiente personal y facilitar hábitos más saludables.
Estrategias para Crear un Entorno Alimentario Saludable
Para contrarrestar los efectos de un ambiente obesogénico, aquí tienes algunos puntos clave que te ayudarán a mejorar tu entorno y mantenerte en el camino hacia tus objetivos:
Planifica tus compras: Si no tienes alimentos no saludables en casa, será más difícil caer en la tentación. Planifica un menú semanal y haz la compra en función de este, adquiriendo solo lo necesario.
Ten alimentos saludables a mano: Mantén una despensa con opciones saludables y fáciles de preparar. Esto te permitirá evitar la pereza de cocinar y optar por pedir comida a domicilio.
Evita tener alimentos poco saludables a la vista: Los estímulos visuales influyen mucho en nuestro cerebro. Si tienes alimentos tentadores a la vista, es más probable que caigas en la tentación. Menos estímulos, menos problemas.
Mantén el orden en tu cocina: Si la cocina está desordenada o llena de opciones no saludables, será más fácil que termines eligiendo mal.
Otros Factores Claves para un Entorno Saludable
Descanso adecuado: Un mal descanso está asociado con desajustes hormonales que afectan la saciedad y pueden aumentar los niveles de estrés, ambos factores que contribuyen a una mala alimentación.
Control del tiempo frente a pantallas: Reducir las horas que pasamos frente a la TV, móviles o redes sociales no solo nos ayuda a ser más activos físicamente, sino que también limita la exposición a anuncios de comida rápida o ultraprocesada.
Control emocional: Identifica tus emociones. El estrés, el aburrimiento o la tristeza son emociones que pueden impulsarnos a buscar alimentos reconfortantes. Aprende a gestionar estas emociones sin recurrir a la comida.
Buenas compañías: Las personas que nos rodean tienen una gran influencia en nuestros hábitos alimentarios. Rodéate de personas que compartan o apoyen tus objetivos. Si tus amigos o familiares no están alineados contigo, explícales la importancia de tu objetivo y pídeles su apoyo.
En resumen, nuestro entorno tiene un impacto profundo en cómo nos alimentamos, y entenderlo es clave para alcanzar nuestras metas. Al hacer pequeños ajustes en nuestro entorno diario, podemos mejorar nuestras elecciones alimentarias y hacer que el camino hacia nuestros objetivos sea más sencillo y sostenible.
Bibliografía
Wansink B, Hanks AS. Slim by Design: Kitchen Counter Correlates of Obesity. Health Educ Behav. 2016;43(5):552-558. doi:10.1177/1090198115610571.
Emery CF, Olson KL, Lee VS, Habash DL, Nasar JL, Bodine A. Home environment and psychosocial predictors of obesity status among community-residing men and women. Int J Obes (Lond). 2015;39(9):1401-1407. doi:10.1038/ijo.2015.70.
Fulkerson JA, Friend S, Horning M, et al. Family Home Food Environment and Nutrition-Related Parent and Child Personal and Behavioral Outcomes of the Healthy Home Offerings via the Mealtime Environment (HOME) Plus Program: A Randomized Controlled Trial. J Acad Nutr Diet. 2018;118(2):240-251. doi:10.1016/j.jand.2017.04.
Fatima Y, Doi SA, Mamun AA. Sleep quality and obesity in young subjects: a meta-analysis. Obes Rev. 2016;17(11):1154-1166. doi:10.1111/obr.12444
Smith J, Ang XQ, Giles EL, Traviss-Turner G. Emotional Eating Interventions for Adults Living with Overweight or Obesity: A Systematic Review and Meta-Analysis. Int J Environ Res Public Health. 2023;20(3):2722. doi:10.3390/ijerph20032722.
Biddle SJH, García Bengoechea E, Pedisic Z, et al. Screen Time, Other Sedentary Behaviours, and Obesity Risk in Adults: A Review of Reviews. Curr Obes Rep. 2017;6(2):134-147. doi:10.1007/s13679-017-0256-9.